Victor Bassols Garcia, Blanes, cicloturismo, fotografia, corazón, sorpresa.Foto: Camps de blat sortint de Breda, Breda, juny 2011.
Somos capaces de cruzar continentes enteros, desplazarnos miles de kilómetros tratando de encontrar aquello que creemos haber perdido o que nos puede devolver la serenidad necesaria para seguir adelante un instante más. Un buen dia descubrimos que nada está tan lejos, que para poder sentir, solo hace falta observar...
La carretera se estrecha sin apenas arcén ni tráfico, el Montseny se eleva amenazador ante mi, hoy cudierto por una densa bruma cuyo fresco se deja sentir. Las copas de los arboles se entrelazan sobre mi proporcionandome la sombra necesaria para seguir subiendo, todo se oscurece, los verdes pierden su brillo y la humadad oscurece el asfalto. Pienso en dejarlo, poner pie a tierra y volver a casa, con suerte tardaré un par de horas, empieza a ser tarde y puede llover.
Amarillos, ocres, verdes, azules, como por arte de mágia me encuentro de repente rodeado de luz, color y vida, la temperatura vuelve a subir haciendo que ese instante mágico lo sientan todos los poros de mi piel. El trigo me rodea, riqueza, abundancia, esperanza, alegria. Me imagino lo que sentirian siglos atrás las gentes de estos lugares ante tanta magnificencia.
Foto: L'història de les pedres, d'arrere l'esglesia. Breda. juny 2011Maravillosos rincones cargados de historia que se deja sentir. El tiempo me da la bienvenida dejandome saborear la belleza que habita en lugares como este, donde además de ser, está. Donde sin lugar a dudas muchos antes que yo, a lo largo de los siglos, han sentido su poder, el poder del arte y el obsequio de la abundancia.
Texto dedicado a Breda, un lugar con historia.