Foto: Autorretrat, el pas del temps i les noves esperances, setembre 2011.
Cuando llego a los pueblos en solitario, con mi bicicleta, sudoroso pero sabedor que he conseguido llegar a mi destino, siento que cientos de ojos me miran, no he estado nunca aquí pero tengo la sensación que he llegado a casa. Mi mirada recorre lentamente siglos y siglos de humanidad, este es un regalo que no se espera, viene dado por el ansia de aventura y por la firme convicción de que otro mundo es posible para todos. No podemos escoger la sociedad en la que vivimos pero si somos capaces de cambiarla. Ahora somos el aire, somos el cielo, ahora podemos serlo todo porque somos todos, conscientes que no hay nada en este mundo que podamos tener para siempre, la vida nos ha otorgado un privilegio inmenso cuidando de nosotros, ahora nos toca a nodotros cuidar de ella.
Movimientos que han conseguido salir del letargo en todas partes son cada vez más fuertes y se encargan de recordarnos que se puede dar un puñetazo sobre la mesa y exigir que el sistema no es de nuestro agrado. La participación ciudadana y el involucramiento de los ciudadanos es lo más sostenible para el pueblo, se trata de democratizar la vida de los ciudadanos.
Ocurre que la clase política está cada vez más desapegada del pueblo y nosotros lo que necesitamos es poder crear proyectos, forjar la gobernación solidaria y fomentar los presupuestos participativos.
Ocurre que en el futuro necesitaremos servicios de banca, pero no de los bancos. "Bill Gates"